Las carnes de origen vegetal deberán satisfacer a los consumidores en términos de apariencia, sabor, textura y equivalencia proteica si se quiere que esta categoría prospere.
Sin embargo, los consumidores ya están preocupados por una serie de ingredientes y aditivos encontrados en algunos productos de esta categoría, que a menudo está sujeta a juicios más estrictos que los impuestos a los productos cárnicos tradicionales, lo que exigirá una mayor transparencia por parte de los procesadores.
Por otro lado, en la actualidad, los productos plant-based suelen ser más caros que sus homólogos cárnicos, lo que frena la aceptación; sin embargo, el aumento de los costos de las proteínas tradicionales puede compensar la diferencia.
Igualmente, dado que los productos cárnicos de origen vegetal son un área de investigación nueva, la información sobre su seguridad es limitada. Sin embargo, los ingredientes/aditivos utilizados son "generalmente reconocidos como seguros" (estatus GRAS).
Y aunque las carnes de origen vegetal tendrán una participación de mercado cada vez mayor, como lo proyectan varios estudios citados en esta edición, la carne de res, pollo y cerdo seguirán ocupando un lugar central en cuanto a sabor, textura y naturalidad percibida, por lo menos en el mediano plazo. Serán los consumidores los que decidirán cuándo iniciará el otoño.