El diseño como catalizador del cambio

A medida que la población mundial continúa creciendo y los recursos naturales se vuelven más escasos, es crucial buscar soluciones que garanticen la disponibilidad de alimentos nutritivos y respetuosos con el medio ambiente. 

En este sentido, el diseño de alimentos juega un papel fundamental al proporcionar alternativas creativas y sostenibles para la producción y el consumo de alimentos. En este camino de repensar mi rol como diseñadora y lo que quisiera dejar al mundo a mi paso he reflexionado sobre muchos temas. En esta, mi primera columna para la Revista Alimentos iré dejando algunos de ellos.

El diseño es una disciplina que va más allá de la estética y la funcionalidad. Puede ser un poderoso catalizador del cambio, especialmente en el ámbito de la alimentación. Mediante enfoques innovadores, los diseñadores podemos abordar problemas complejos como la escasez de recursos, el desperdicio de alimentos y la necesidad de una producción más eficiente.

El diseño de alimentos implica repensar y reinventar los sistemas alimentarios existentes, desde la producción agrícola hasta la distribución, la alquimia de la mezcla y forma de los productos, la forma en la que empacamos, la forma en la que comemos y las historias que se pueden narrar desde su comunicación.

Sostenibilidad en la producción de alimentos

Uno de los principales desafíos a los que nos enfrentamos es la producción de alimentos de manera sostenible. Los diseñadores pueden colaborar con agricultores, científicos y expertos en alimentos para desarrollar técnicas de cultivo innovadoras que minimicen el uso de agua, energía y productos químicos.

Además, el diseño puede fomentar la adopción de prácticas agrícolas regenerativas que ayuden a restaurar la salud del suelo y promuevan la biodiversidad. Esto incluye la creación de sistemas de cultivo vertical, la implementación de tecnologías de precisión y la promoción de la agroecología.

Reducción del desperdicio de alimentos

El desperdicio de alimentos es otro problema importante que enfrentamos en la actualidad. El diseño puede desempeñar un papel clave en la reducción de este desperdicio a lo largo de toda la cadena alimentaria.

Desde el diseño de envases biodegradables y compostables que prolonguen la vida útil de los alimentos, sabemos bien que estas soluciones tienen diversas barreras de implementación como los altos costos; sin embargo, hemos experimentado procesos donde logramos ayudar a las compañías en la reducción de su material de empaque sustancialmente. Los diseñadores podemos contribuir significativamente a minimizar las pérdidas y maximizar el aprovechamiento de los recursos.

El diseño de alimentos desempeña un papel fundamental en la búsqueda de soluciones sostenibles para el futuro de la alimentación. Los diseñadores tienen la capacidad de replantear los sistemas alimentarios existentes, ayudar a reducir el desperdicio de alimentos, promover la sostenibilidad en la producción y ayudar a crear productos personalizados y nutritivos.

Al colaborar con agricultores, científicos y expertos en alimentos, podemos construir un futuro donde la comida sea abundante, nutritiva y respetuosa con el medio ambiente. Como diseñadores, es nuestro deber utilizar nuestra creatividad y conocimientos para marcar la diferencia y garantizar un futuro alimentario sostenible para las generaciones venideras.

En ImasD hemos tomado una actitud proactiva frente a estos retos. Decidimos certificarnos como “empresa B” para reforzar el rol que queremos tener como estudio: poner la creatividad y el diseño al servicio de un sistema vital para la vida. Hemos avanzado en proyectos de triple impacto que nos enorgullecen tremendamente y seguimos construyendo con el ecosistema agroalimentario desde el consumo masivo y las iniciativas de emprendimiento rural.

Si quisieras conocer un poco más de lo que hemos hecho visita www.grupoimasd.com y síguenos en redes como @grupoimasd