Los lácteos mantienen el mercado de productos digestivos
Los lácteos mantienen el mercado de productos digestivos
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Los lanzamientos asociados al concepto de salud dominan la mayor parte de productos que han ingresado durante el último año al mercado latinoamericano de acuerdo a la base de datos Mintel GNPD.
La salud digestiva
es uno de los claims con mayor reconocimiento, y el sector lácteo continua encabezando los ingresos de productos con este tipo de atributos, orientados principalmente al contenido de fibra y microorganismos probióticos. Existen otros sectores en los cuales se puede explorar la posibilidad de ofrecer productos que beneficien la salud digestiva, como es el caso de bebidas, barras de cereal, y productos de panadería a los cuales se pueden adicionar los ingredientes más comúnmente ligados a los beneficios digestivos, tales como:
Fibra: Se clasifica en tres tipos:
Fibra Insoluble: (celulosa, hemicelulosa, lignina y almidón resistente). Predomina en alimentos como el salvado de trigo, granos enteros y algunas verduras. Sus componentes son poco fermentables y resisten la acción de los microorganismos del intestino. Su principal efecto en el organismo es aumentar el volumen de las heces y disminuir el tiempo de tránsito a través del tubo digestivo. Como consecuencia, este tipo de fibra, al ingerirse diariamente, facilita las deposiciones y previene el estreñimiento.
Fibra Soluble: (inulina, pectinas, gomas, polisacáridos y fructooligosacáridos). Dependiendo la fuente pueden ser muy fermentables por los microorganismos intestinales, generando gran cantidad de gas en el intestino. Este tipo de fibra también aumenta el volumen de las heces. Predomina en legumbres, en cereales (avena y cebada) y en algunas frutas. Esta fibra, además de captar agua, es capaz de disminuir el tiempo de la absorción de grasas y azucares de los alimentos (índice glucémico), lo que contribuye a regular los niveles de colesterol y de glucosa en sangre.
Fibra Prebiótica: Son oligosacáridos (fibra soluble), que no son digeribles por las enzimas intestinales presentes en la superficie luminal del intestino delgado: alfa amilasas, sacarasas y alfa glucosidasas. Está siendo incluida en numerosos productos alimentarios para humanos y para animales por su efecto positivo como estimulante del crecimiento de la flora intestinal benéfica, cuya principal función es servir de barrera contra sustancias y microorganismos patógenos. Igualmente esta clase de fibra, promueve el aumento en la absorción de cationes como el calcio y el magnesio, tiene bajo aporte calórico (aprox. 1,5 Kcal/g.) y favorece las defensas intestinales.
Son varias las fuentes de oligosacáridos y fructoligosacaridos, FOS), que utiliza la industria como fibra prebiótica, pero la inulina, ya que ha demostrado ser el ingrediente que ofrece mayor efecto prebiótico en menores cantidades comparado con otras fibras prebióticas; permitiendo obtener el beneficio sin efectos segundarios como los gases y la diarrea, posibles con otras fuentes en las mismas dosis.
Particularmente la inulina, es considerada GRAS o Generalmente Reconocida como Segura. Se emplea en alimentación como sustituto de grasa en mayonesas lights, quesos bajos en calorías, helados cero grasas y para modificar la textura. También es adicionada para reducir el contenido calórico en sucedáneos de chocolate, bebidas a base de azúcar o maltodextrina; retención de agua como pastelería, panificación, embutidos; evitar la formación de cristales en heladería; emulsionar como en el caso de las margarinas y en general para modificar la textura o cremosidad de algunos alimentos.
Microorganismos probióticos:
De acuerdo con la Organización Mundial para la Salud, OMS, la definición de probiótico es: "Microorganismos vivos que cuando son suministrados en cantidades adecuadas, promueven beneficios en la salud del organismo huésped". Estos microorganismos, tienen también propiedades inmunomoduladoras en la medida en que estimulan la producción de anticuerpos y refuerzan el sistema inmune.
Hasta hace poco tiempo las características probióticas estaban asociadas a cepas de bacterias ácido lácticas especificas como Bifidobacteria y Lactobacilos y con ello, eran propias de alimentos como lácteos fermentados que pudieran contenerlas. Hoy, las investigaciones cada vez son más concluyentes y demuestran como otros microorganismos como algunas cepas de cocos y bacilos, también ofrecen estos beneficios, siendo estos últimos más versátiles en la industria de alimentos, lo que ha permitido encontrar alimentos de sectores diferentes a lácteos con estas propiedades como productos en polvo, panadería, UHT, entre otros.
El microorganismo o bacteria debe cumplir lo siguiente:
Estar vivo, no ser patógeno y su medio natural es el tracto digestivo humano.
Ser capaz de sobrevivir en el tracto intestinal, es decir, ser resistente a los jugos gástricos y los ácidos biliares.
Tener la capacidad de adherirse a la mucosa intestinal.
Debe ser capaz de colonizar el intestino y formar una barrera protectora contra bacterias patógenas como la Escherichia coli, la Salmonella, la Staphylococcus, entre otros.
Ha de ayudar a metabolizar los carbohidratos y a absorber las vitaminas en el tracto intestinal.
Tener la capacidad de sobrevivir a lo largo de la vida útil del producto al cual se adiciona.
Productos simbióticos:
Son aquellos donde están presentes las bacterias probióticas, junto con los prebióticos que contribuyen a su crecimiento. Ambos trabajan en una sinergia promoviendo de manera más eficiente los beneficios de los probióticos. Es creciente el número de productos en el mundo que combina estos dos beneficios.
Actualmente también se encuentran alimentos con ingredientes que si bien en el caso particular de Colombia, no tienen claim de salud aprobado y los resultados en las investigaciones existentes son difusos, pueden adicionarse en alimentos y el consumidor los asocia con conceptos favorables para la salud digestiva, mas por una asociación cultural y recomendación homeopática. Los más comunes son: Extractos de Té: Algunas personas lo usan por sus efectos laxativos.
Aloe Vera: Se le atribuyen propiedades cicatrizantes, particularmente a nivel de la mucosa gástrica, previniendo así la gastritis. Manzanilla: Es un antinflamatorio, con propiedades antimicrobianas y fungicidas. Ayuda con la cicatrización y a reducir la acidez estomacal. También asociado con el control de las hemorroides. Yerbabuena: Como antiespasmódico, en episodios diarreicos, reduce los cólicos estomacales, se le atribuye ser estimulo para eliminación de gases acumulados en el tubo digestivo.
En todos los casos, al elegir alimentos, el consumidor espera encontrar productos sensorialmente agradables que ofrezcan Saciedad / Nutrición /Bienestar. Estos factores han estado presentes desde la concepción misma del alimento, pero se han convertido en pilares fundamentales al estar asociados directamente con la salud digestiva y con la prevención de patologías hoy muy frecuentes como gastritis, estreñimiento, pertículos, colon irritable, infecciones, cáncer colorectal, obesidad, entre otros.
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