Científicos crean técnica para cultivar filete de pescado en laboratorio

Investigadores del Instituto Superior Técnico de Lisboa desarrollan una técnica de bioimpresión 3D que permite producir filetes de pescado cultivados, imitando textura, sabor y olor.

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Una nueva era en la producción de alimentos ha comenzado gracias a investigadores del Instituto de Bioingeniería y Biociencias (iBB) del Instituto Superior Técnico de Lisboa. Han desarrollado una técnica avanzada que permite cultivar filetes de pescado en laboratorio utilizando bioimpresión 3D y células madre pluripotentes. Este avance no solo promete atender la creciente demanda de proteínas a nivel mundial, sino que también ofrece una solución sostenible y ética frente a los métodos tradicionales de obtención de proteína animal.

La innovadora técnica ha logrado producir filetes de hasta seis centímetros de grosor que imitan no solo la textura sino también el olor característico del pescado. Mediante la utilización de células madre capaces de diferenciarse en células musculares y grasas, los científicos han conseguido replicar fielmente la composición del tejido del pescado. Además, han incorporado fibras y colágeno a través de procesos de electrofusión y bioimpresión, elementos esenciales para recrear la estructura de un filete real.

Diana Marques, líder del proyecto, destacó los avances en la mejora de los colores de los filetes cultivados. "Hemos logrado tonalidades más neutras y hemos conseguido que los colores se asemejen al atún y al salmón", explicó. Este logro fue posible gracias a la selección cuidadosa de microalgas utilizadas en las tintas de la bioimpresora, lo que permitió ajustar la apariencia visual del producto final.

El proceso comienza con la obtención de células madre sin causar sufrimiento animal, lo que añade un valor ético significativo al desarrollo. Estas células se cultivan en un entorno controlado y se diferencian en los tipos de células presentes en el pescado. Una vez diferenciadas, se mezclan con biotintas aptas para el consumo humano que se utilizan en la bioimpresora 3D para crear el filete, capa por capa, reproduciendo la compleja estructura del tejido muscular y graso del pescado.

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Después de la impresión, el producto resultante es un filete de pescado cultivado que podría ser una alternativa viable y sostenible a los productos tradicionales. Sin embargo, para que este innovador alimento llegue al mercado, es necesaria la aprobación regulatoria. Mientras que en Estados Unidos y Singapur ya se han flexibilizado las leyes para permitir su comercialización, en Europa aún se espera la regulación correspondiente.

La investigadora Marques tiene la ambición de escalar la producción, haciéndola rentable y de bajo costo, con la esperanza de que algún día su filete de lubina esté disponible para los consumidores. Este desarrollo es especialmente relevante ante el crecimiento poblacional previsto para 2030, que exigirá una mayor producción de alimentos. Actualmente, la producción de carne y pescado está al máximo de su capacidad y tiene un impacto ambiental significativo, contribuyendo al cambio climático.

La producción de pescado cultivado en laboratorio ofrece una alternativa más limpia y sostenible, al reducir las etapas contaminantes presentes en los métodos convencionales. Al eliminar la necesidad de sacrificio animal y minimizar el impacto ambiental, esta técnica responde a las preocupaciones de los consumidores modernos, que valoran tanto el bienestar personal como la sostenibilidad ambiental.

Según un estudio de V-Label International, el 75% de las personas considera que la textura de la carne de origen vegetal es tan importante como la de origen animal, aunque solo el 60% está satisfecho con ella. Las razones para preferir alternativas a la carne van desde beneficios ambientales hasta cuestiones de salud y confianza. Las marcas tienen la oportunidad de posicionar estos productos como opciones nutritivas y libres de culpa, atrayendo a un público cada vez más consciente de su impacto en el medio ambiente y su bienestar personal.