Mediante un envase nanoactivo con aceite de romero, las investigadoras María Zambrano y Susana Mendoza, de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán (FES-C) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),Â
lograron incrementar la vida útil de la carne de cerdo de cinco a 14 días y, al tiempo, proteger al producto de la contaminación bacteriana.
María Zambrano explicó a la Gaceta UNAM, que se eligió el romero por sus propiedades antioxidantes, que inhiben los agentes tóxicos y limitan la pérdida de grasa, lo que alarga el periodo de almacenamiento del producto.
El romero, además,Â
le aporta características sensoriales positivas (aroma y sabor) a la carne, lo que resulta atractivo para el consumidor. Otra ventaja, es que al ser nanoactivo la liberación de la sustancia activa en el producto es controlada.
"Protege la carne, no permite que se lleve a cabo la contaminación y preserva el producto en sus condiciones", comentó María Zambrano, tras detallar que en los análisis realizados,Â
el envase mostró 97 % de efectividad al impedir de manera considerable la concentración de microorganismos, principalmente deÂ
Escherichia coliyÂ
Salmonella.
El envase conservó también las características físicoquímicas del lomo de cerdo, al cual se le realizaron pruebas de firmeza y de exposición de agua, y cuyos resultados fueron positivos para la innovación creada por las investigadoras mexicanas.
Por sus nutrientes naturales,Â
la carne tiende a desarrollar E. coli, además, factores como la distribución, un mal almacenamiento, las condiciones medioambientales y la manipulación pueden favorecer un mayor riesgo de contaminación. Este empaque brindará una notable ventaja para su transportación y comercialización.
Ahora mismoÂ
el envase no es biodegradable, sin embargo, las investigadoras ya trabajan para que lo sea. "Con el envase queríamos probar que funcionara el recubrimiento para después desarrollar uno totalmente biodegradable", comentó Zambrano.
Esta innovación representa una oportunidad paraÂ
la porcicultura que en los últimos años ha estado en crecimiento, pues, de acuerdo con el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), cada mexicano come en promedio 19,6 kilos de esta carne y su consumo aumenta gracias a su precio y a que es una carne magra.
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